Saturno es, sin duda, uno de los planetas más misteriosos y sensuales de nuestra galaxia. Este gigante de gas tiene un lugar en múltiples mitologías. Por ejemplo, en la romana, donde es personificado por un dios homónimo; en la mitología hindú es Shani, el dios Ninurta entre los babilonios y Cronos en la mitología griega.
Pero más allá de su potencial alegórico y su liviandad, la cualidad que más maravilla a los científicos –y quizá a los poetas– es una peculiaridad meteorológica en su polo norte. Se trata de un vórtice de nubes en forma de hexágono que ondula con los vientos.
En un estudio reciente, publicado en Nature Communications, se descubrió que durante el verano otro vórtice hexagonal se sitúa sobre el que ya conocemos, en la estratósfera de Saturno. Esto abre la posibilidad de que haya ocurrido una sobreposición de hexágonos en esa zona, o quizá en realidad se trata de un cuerpo encumbrado que ocupa verticalmente cientos de kilómetros. Algo así como una monumental torre, lo cual haría de esta bondad saturnal una todavía mucho más espectacular.
En todo caso, mientras la ciencia sigue intentando descifrar la peculiaridad de este planeta, nosotros te invitamos a simplemente disfrutar su belleza e imaginar que estás debajo de ese cenit hexagonal filosofando en que, probablemente, la vida sea sólo una perfecta coreografía de fuerzas múltiples.
* Este GIF animado resultó de la unión de 128 imágenes capturadas por la sonda Cassini y ensambladas en la NASA para documentar el movimiento del manto hexagonal que cubre a Saturno.
Pienso que lo más probable —y esto es sólo una probabilidad— es que existan muchas, muchas simulaciones. Bien las podemos llamar realidad, o bien podemos llamarlas multiverso.
El argumento de Musk es que cualquier creación, incluyendo nuestras creaciones computarizadas, también evolucionan con el tiempo. Esta evolución implica mejoras que ayudan al equilibrio del sistema. Si esta hipótesis es correcta, afirma Musk, “entonces los juegos serán indistinguibles de la realidad, o la civilización va a llegar a su fin.”
Sin embargo, a juzgar por el comportamiento del universo, la hipótesis de que se trate de una extraña simulación tampoco puede desecharse tan rápidamente.
En 2016, Neil deGrasse Tyson reunió a un grupo de científicos para conversar acerca de la “pregunta por la simulación”: si vivimos en un universo simulado, ¿seríamos capaces de distinguir que estamos dentro de ella? ¿Somos la única civilización o solamente la única a la que tenemos acceso? ¿Es posible afirmar científicamente que la realidad existe?
La doctora Zohreh Davoudi, profesora asistente del departamento de física nuclear de la Universidad de Maryland, propone analizar los rayos cósmicos, partículas de energía de larga duración y una de las fuerzas más potentes del universo. Si imaginamos que el espacio-tiempo del universo estuviera hecho de pequeños pedazos (como los pixeles de una imagen de computadora), tal vez esa forma de energía nos permitiría ver que el universo no es un continuo, sino que está formado de un armazón más complicado.
Esta teoría se complementa con la del cosmólogo del Instituto de Tecnología de Massachussets, Max Tegmark. Según él, la física es matemática, y cuando te acercas lo suficiente a las ecuaciones que explican la naturaleza, sus leyes son matemáticas, lo que implica que la naturaleza está “programada”. Desde el ADN de los seres vivos hasta los patrones de movimientos de quarks y electrones, el universo sigue reglas que no siempre podemos entender, pero reglas al fin.
Lo anterior recuerda a la famosa explicación del físico Richard Feynman acerca del trabajo científico, al que compara con tratar de entender las reglas del ajedrez por la simple observación de sus piezas. DeGrasse Tyson utiliza este ejemplo para ejemplificar el asombro de los científicos cuando “esa pequeña pieza que solía moverse solamente dos casillas se mueve hasta la otra parte del tablero, ¡y se convierte en otra pieza! Eso es extraño. Es poco común, pero pasa, y es una regla importante del juego que, la mayoría de las veces, no vemos. Así que me pregunto, ¿qué tanto se parece el universo en que vivimos a un tablero de ajedrez del que no tenemos manual de instrucciones?”.
Por su parte, Lisa Randall, física de la Universidad de Harvard —quien no cree que el universo sea una simulación—, opina que finalmente “no sabemos la respuesta, y seguimos haciendo ciencia hasta que falle.” Esto es importante porque nos da un incentivo para hacer preguntas interesantes… que ciertamente vale la pena hacer, para ver hasta dónde son válidas las leyes de la física tal como las entendemos.” Y añade: “Tratamos de comprenderlas en la medida de lo posible.”
Nuestro conocimiento y tecnología actual tal vez no permitan llegar a una respuesta concluyente sobre si vde mujer occidental la Frye Billy para Humo ivimos en una gran simulación, al estilo Matrix, que explique de manera uniforme fenómenos como los agujeros negros, los sueños o la conciencia. Sin embargo, seguir preguntándonos sin cesar, aunque parezca disparatado, es la única forma que tenemos de aprender.
Las festividades como Halloween y el Día de Muertos mexicano invitan a deleitarse a través de las sensaciones terroríficas, pues se ligan con lo paranormal, lo fantasmal y lo mortuorio. Y –mientras que no a todos les complacen este tipo de experiencias– definitivamente hay algo encantador en conectar con “el más allá”, a través de exaltar las emociones. Lo misterioso tiene una cualidad atractiva, que nos invita a imaginar y sólo requerimos de muy pocos incentivos.
En realidad, los extraños sonidos son resultado de una especie de traducción que investigadores científicos hacen a partir de ondas de radio captadas por las naves. Estas son transformadas a ondas sonoras y, lo que se escucha es sólo un reflejo de los datos extraídos en el espacio. En la NASA se hacen monitoreos constantes de naves y cuerpos celestes con el fin de estudiar sus movimientos. Los sonidos nos hablan entonces del movimiento de diferentes objetos en el espacio, pero, de cualquier manera, al escucharlos es difícil no imaginar a los misteriosos personajes terroríficos que protagonizan las fiestas para los muertos.
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El telescopio espacial Kepler captó este extraño sonido emitido originalmente en forma de luz por el sistema de estrellas KIC12268220C. El sonido definitivamente recuerda a una nave espacial de marcianos, de las antiguas películas sobre el espacio.
Estos extraños sonidos, como de fantasmas interfiriendo aparatos electrónicos son emitidas por Ganymede, la luna más grande de Júpiter.
Las ondas de radio emitidas por Saturno, fueron captadas por la nave espacial Cassini, que ha pasado 13 años explorando las lunas del gran planeta, en busca de alguna que pueda ser habitada. El planeta responde con esta aterradora respiración.
Este terrorífico sonido, como de un animal correteando detrás de las paredes, es el único que sí fue grabado como sonido directamente y no traducido a la forma sonora, a partir de datos. Es el sonido que emite el polvo que dejó tras de sí el cometa Tempel 1, al chocar con la nave espacial Stardust.